Peñarol
Técnico: Mario Saralegui
Titulo de la entrevista: "En mis sueños sigo siendo jugador"
El entrenador aurinegro nos habla, entre varios temas, sobre su trayectoria como futbolista, la relación de la Psicología con el fútbol, sus decisiones como entrenador, las tácticas y su evaluación del Torneo Clausura.
¿Cuáles fueron tus primeros pasos en el fútbol?
Comencé en Baby Fútbol. Jugué en Peñarol de Artigas con Ruben Paz, Manuel Anzorena y Venancio Ramos. En 1976 se disputó un torneo nacional que lo ganó Artigas y luego nos incorporó Peñarol a los cuatro en enero de 1977. Tenía 16 años en ese momento.
¿Cuándo debutaste en primera división?
En 1978 ante Sud América en el Estadio Centenario. Entré faltando 15 minutos. Debuté como número ocho, pero también me desempeñé mucho tiempo como número cinco. Jugué en ambas posiciones.
¿Cuál fue tu trayectoria?
Estuve en Peñarol desde 1977 hasta 1985. En ese año estuve en el Elche. En 1986 fui a River Plate de Argentina y al siguiente año jugué en Estudiantes. En 1988 volví a Peñarol hasta 1990. Luego estuve en el Barcelona de Guayaquil y en el Emelec. En 1993 retorné a Peñarol y en 1994 pasé a Rampla Juniors, el último equipo en el que jugué. Me retiré a los 35 años.
¿Qué partidos recordás en forma especial?
Me acuerdo de tres. Uno fue la final de la Copa Libertadores en 1982 que ganamos ante Cobreloa en Santiago de Chile.
Luego me acuerdo de la final de la Libertadores de 1983 ante Gremio. Ese partido me quedó marcado por cómo perdimos y por cómo jugamos. Peñarol lo tuvo acorralado al rival en la última media hora, pero ellos terminan haciendo un gol por una jugada de Renato contra el banderín del corner. De espaldas tira una pelota para atrás, la pelota cae en el segundo palo, dudan el arquero y el lateral, y se tira un rival y la mete. Peñarol tuvo varias chances, pero ellos terminaron haciendo ese gol.
También recuerdo un clásico por el campeonato de 1984 en el que íbamos perdiendo 2 a 0 y empatamos 2 a 2. Allí convertí un gol y ese fue uno de los mejores partidos que jugué.
¿Es más difícil ser jugador o entrenador?
Ser entrenador. El jugador depende de las condiciones que tenga, de su condición física y de la parte mental. El futbolista puede definir un montón de cosas. El entrenador puede preverlas, pero termina dependiendo de lo que definan los jugadores.
¿Alguna vez sentiste miedo en algún campo de juego?
Hay partidos en los que las cosas no salen y tenés ganas de estar en cualquier parte menos ahí. A eso se le podría llamar miedo. Sí, se siente y más de una vez.
Estudiaste Psicología, ¿continuás con la carrera?
Me queda cursar quinto año, una materia de tercero y una de cuarto. En el futuro voy a terminarla, pero ahora no creo que sea el momento.
Debe ser una formación importante como respaldo para un entrenador, ¿verdad?
Como formación es importante. Te cambia la forma de pensar. El problema es que la gente necesita certezas y las mismas siempre son relativas. Para poder entender lo que le pasa al otro, tenés que analizar la mayor cantidad de posibilidades para no juzgar de antemano. Eso te da una mirada diferente de las cosas.
Una cosa es la teoría y otra es la práctica. Por haber sido futbolista durante tantos años, uno tiene la facilidad de exponer un concepto teórico y pasarlo a la práctica. Es decir, poder hablarlo con un plantel con palabras más sencillas. Eso sirve bastante. Pero tampoco creo que el rendimiento de un equipo o de un futbolista dependa de un solo aspecto. Creo en el jugador como algo global.
Trabajaste en tu anterior pasaje en Peñarol con un Psicólogo. ¿Qué te dejó esa experiencia? ¿Volverías a repetirla?
La experiencia fue buena. El problema es que el tema no está naturalizado. En muchos lados a la figura del psicólogo se la ve como fuera del paisaje. En un momento se habló mucho de asuntos que no tenían nada que ver con la realidad del trabajo que él estaba haciendo.
En esta ocasión me pareció que tenía la madurez suficiente como para poder hacer algo que nos sirviera sin la necesidad de tener un psicólogo. No tengo dudas que habría que replantearse el tema en algún momento.
La psicología es algo mental, debería ser una rama del departamento médico de un club. Debería tener una incidencia desde la octava división hasta la primera para realmente producir efectos. Lo que uno hace en determinados momentos es ir poniendo parches.
Hay un error en pensar que la Psicología está relacionada con la patología. Si bien tiene algo de relación, tiene mucho más que ver con la prevención, que con la patología.
¿Cómo te definirías como entrenador?
Me gusta manejarme en el terreno de la complejidad. No creo que haya un solo sistema o una sola forma de ganar. Creo que cada partido tiene su historia. En todos lados algunos ganan con tres defensores atrás, algunos con cuatro. A veces se gana poniendo delanteros y en otras ocasiones utilizando defensas. Como en todo, el fútbol es muy dinámico y cambiante. Me parece muy facilista decir que alguien es un entrenador que ataca o que defiende. Trato de moverme en un terreno que esté en el medio de eso. Según las circunstancias, tratar de ir manejando el tema, yendo hacia delante o hacia atrás.
¿Te gusta estudiar a los rivales?
Sí, me parece importante. Aunque eso no quiere decir que uno dependa de lo que haga el rival. Se puede estudiar a los rivales, pero también tener una característica de juego. Jugamos contra un equipo como River Plate que tiene algunas cosas muy claras. Por ejemplo, los tres puntas y los tres de atrás. Peñarol no puede apartarse de lo que viene haciendo, pero tiene que tener en cuenta cosas del rival. Es como ir a dar un examen sin estudiar la bolilla que te va a tocar.
¿Creés en la suerte?
Creo en el azar. Es una parte de la realidad en la que uno no tiene incidencia. A veces las cosas deberían darse de una manera y se dan de otra. Es inevitable y tiene que ver con cosas que no se pueden explicar.
¿Por qué pensás que en los últimos años muchos entrenadores utilizaron en sus tácticas menos futbolistas en ofensiva y más jugadores en la zona media del campo?
Eso es una realidad. El fútbol ha cambiado bastante. Antes se jugaba con cinco delanteros. De los 36 equipos del mundial, 28 jugaron con un solo delantero. El equipo que salió campeón del mundo juega 4-4-1-1.
A medida que ha ido pasado el tiempo hay una mayor cantidad de gente en el medio campo. Lo que sí hay en otras partes es un pasaje muy rápido de una situación defensiva a una de ataque. En el fútbol internacional eso es una constante.
Hay una escuela holandesa, que es la escuela de Johann Cruyff y que juega con tres puntas. Es lo que hace Carrasco. Estaba también el famoso "Dream Team" del Barcelona que jugaba 3-3-1-3. Por eso digo que hay varias cosas que hace Carrasco que ya se hicieron en otros lados.
Está el técnico Capello que es totalmente lo inverso. Él a los volantes les prohíbe pasar determinada zona de la cancha. Luego estuvo Arrigo Sacchi que jugó en el medio de esa posición. Él decía que defendía atacando.
Están también las escuelas históricas brasileñas y argentinas. Los brasileños también han tenido una transformación importante. Muchos de sus equipos juegan con tres grandotes atrás, dos carrileros, tres volantes de mucha marca y dos delanteros.
Creo que en general esto es móvil y que no hay una sola verdad. A mí me gusta pasar de una posición media al ataque. Cuando jugaba se me hacía fácil el partido cuando tenía la cancha de frente. Cuando tenía que estar volviendo constantemente como que se complicaba. Es lo que tratamos de hacer; a veces el rival te deja y a veces no.
¿Los jugadores uruguayos son de adaptarse fácilmente a los sistemas o el entrenador tiene que adaptarse a las características de los jugadores?
El jugador se adapta. Al pasar tanto tiempo sin utilizar determinados puestos como los punteros, eso provocó que no hubiera laterales. Se hablaba de delanteros de punta, que se movían por el frente de ataque, pero no por la raya. Son situaciones, pero el jugador uruguayo va a cualquier sitio y juega. Eso demuestra que los mismos se adaptan.
¿En que cambiaste desde tu anterior pasaje por Peñarol al actual?
Me siento más tranquilo, más maduro. En aquel momento fue todo muy rápido y era una situación mucho más difícil que la de ahora. Estaba la misma presión, pero no teníamos el plantel que hay hoy. Los entrenadores dependen muchas veces de los jugadores también.
Con el tiempo uno va madurando. Tal vez errores que pude cometer en aquel momento, no los cometo hoy. Estoy con más calma. El tiempo que uno está acá tiene que disfrutarlo. Si bien hay que trabajar y hay que ganar, también hay que disfrutar porque no sabés cuanto tiempo vas a estar acá.
¿Te mortifican aquellas decisiones que tomás y que luego entendés que te equivocaste o eso es algo natural y hay que seguir para adelante?
No se equivoca el que no hace nada. La lucha es contra un gigante que tenemos adentro, que es la soberbia. A medida que va pasando el tiempo uno va manejando eso y se arrepiente de menos cosas. Hay que cuidarse mucho porque esa "lucha" es de todos los días. Siempre está el riesgo de equivocarse y de creerse más de lo que uno es. Ese puede ser un problema.
¿Qué evaluación hacés de este Torneo Clausura?
Que el equipo mejoró. Ganamos el clásico con mucha diferencia y llegamos al final con toda la fuerza de los jugadores y de la gente. Es un momento que hay que aprovechar. Luego se va a pasar raya. Tengo claro que hicimos un buen trabajo. Llegamos hasta acá y ahora tenemos que rematar.
¿Sos primero entrenador y después hincha? ¿o es al revés?
Soy las dos cosas, pero hay momentos que tengo que dejar de lado el hincha y ser entrenador. Tengo que encontrar una distancia que a veces no es fácil. Hay un concepto en Psicología que se llama la implicancia. Eso es la capacidad que tiene uno para mirar el terreno donde se mueve. Hay que encontrar esa distancia. A veces se consigue y a veces no. Si te ponés de hincha y dejás de pensar es difícil, pero tampoco podés ponerte solo de entrenador sin ver al hincha. Es un tema complicado.
¿Es mejor contar con jugadores que sientan la camiseta o eso es un tema secundario?
Creo que con el potencial que tiene Peñarol, tendría que pensar en jugadores que hubieran hecho toda la carrera acá. Traer futbolistas de afuera en casos puntuales. No estoy de acuerdo con dejar libres a 10 jugadores del club y traer 17 de afuera. Me parece exagerado. Un club como Peñarol debería tener una escalera en tercera, en cuarta y quinta división que le den la chance de tener jugadores de la institución. Lo que pasa es que en ocasiones la urgencia por ganar te lleva a situaciones en las que hay que apelar a lo que venga.
Deberíamos tener un proceso más firme que nos diera la tranquilidad de tener jugadores identificados con el club y que sepan lo que es esto. No es fácil venir desde afuera y jugar acá. En los últimos años vimos que por aquí pasaron más de 100 jugadores. Jugaban bien en otro lado, vinieron acá y no jugaron, se fueron y jugaron muy bien. Hay varios para nombrar. Tiene que ver con el peso de la camiseta y a veces no se puede llevar esa mochila.
¿Creés en la mentalidad positiva para que influya en un juego?
Creo que eso influye. Ahí es donde juegan los hinchas. Creo mucho en el pensamiento positivo.
Destacás varias veces que la gente tiene mucho que ver con los triunfos ¿es así?
El hincha juega. No es lo mismo que no vaya nadie a los partidos a que falten 20 minutos y que muchos te estén alentando. Si bien el jugador es un profesional, no es un impermeable, todo entra. Es mentira que nosotros nos encerramos y no sentimos nada o no leemos diarios. Sentimos lo que la gente piensa. Desde el primer partido que jugamos se generó un movimiento que ha sido para adelante. Se vio plasmado en el clásico. Metimos el 70 % del estadio y fuimos protagonistas desde el primer minuto minimizando al rival prácticamente que a la nada. Eso lo hicimos entre todos. Digo siempre que sin la gente no podemos, pero con la gente tenemos chance y estamos muy agradecidos por eso.
¿Qué tanto incide la concentración en los futbolistas?
Incide más que el hecho de estar concentrados, el hecho de estar juntos, de estar hablando del partido y de estar respirando antes lo que se va a jugar. Acá no te molesta nadie. Estamos metidos en lo que tenemos que hacer. Le doy mucha importancia.
¿Cómo logra el entrenador mover las piezas dentro del equipo, dejar a un jugador afuera y que mantenga la motivación para cuando se le necesite?
Esa es la tarea, decidir. Cuando uno toma decisiones involucra a otra gente. Es lo más difícil, pero tratamos que el concepto de grupo esté por encima de lo individual. Hay que trabajar mucho. La motivación del que no juega es fundamental porque luego terminan jugando los que están afuera sea por lesión, suspensión o por baja de rendimiento de algún titular. Es necesario tener al plantel motivado y bien preparado. Eso es lo más difícil, prepararlos y decidir el equipo.
¿Ves mucho fútbol?
Sí, mucho.
¿Tenés predilección por alguna liga?
Miramos mucho fútbol argentino porque concentramos los viernes y hay partidos por televisión. Miramos también mucho fútbol inglés. Algo del alemán, español e italiano, miramos bastante fútbol.
¿Fue difícil para vos el retiro como jugador?
Si, eso es difícil. Uno no está preparado para dejar de jugar. Dejás, pero te seguís sintiendo jugador. Cuando vas al estadio y ves el partido de afuera es difícil. Incluso a veces en la noche soñás que tenés la camiseta puesta y que estás jugando. Es algo que te deja marcado. Es como aquello que llaman la satisfacción primaria, luego no hay nada que pueda sustituir eso.
Jugador: Dario Rodríguez
Titulo de la entrevista: "Peñarol es como una gran familia"
El experimentado zaguero nos cuenta en la siguiente entrevista diversos aspectos sobre su vida dentro y fuera de los campos de juego.
¿Cómo estás viviendo tu actual momento en Peñarol?
Bien, contento. Gracias a Dios algunos resultados jugaron a nuestro favor y la tabla indica que dependemos de nosotros mismos. Además, para mí es un año muy especial porque desde el día que me fui estuve soñando con volver a Peñarol y tratar de ganar algún título más. Esperemos que este año podamos lograr el campeonato.
¿Cuál fue el técnico, exceptuando tu actual entrenador, que considerás te dejó mayores enseñanzas en tu carrera futbolística?
Soy de los que piensan que de todas las personas uno aprende. Aprendí de todos los técnicos con los que estuve: Gregorio Pérez, Daniel Pasarella, Víctor Púa, Gustavo Matosas y Mario Saralegui. Aprendí muchas cosas con Julio Ribas y me marcó para lo que sería luego mi carrera. Lo conocí siendo un adolescente, yo tenía 17 años. A él como a los demás, le voy a estar agradecido.
¿Qué podés contarnos de tu experiencia en el fútbol europeo?
En lo deportivo fue una buena experiencia. Fue muy positivo. Me adapté a un país que tiene una forma de juego muy diferente a la nuestra. Se basan más que nada en lo físico y creo que me adapté en buena forma.
En lo personal me dejó una forma de encarar la vida de otra manera. Ellos no miran tanto lo que le pasa al de al lado sino que tratan de vivir sus propias vidas de la mejor manera posible. También pude conocer varios lugares. Recuerdo haber jugado partidos en un país y en pocas horas estar en otro como Francia u Holanda. Eso te lo permite Europa porque queda todo muy cerca.
¿Qué diferencias existen entre el fútbol sudamericano y el europeo?
El jugador sudamericano se basa en su técnica. De a poco el fútbol se va haciendo más dinámico aquí, pero la principal base nuestra es la técnica. En Europa es diferente. Es todo dinámica, fuerza y jugar en velocidad. En lo posible a eso sumarle la técnica.
Creo que son las dos grandes escuelas que hay en el mundo. Ellos basados en lo físico y en la fuerza y nosotros en lo técnico.
¿Tenés alguna actividad paralela al fútbol?
Todavía no. Ahora estoy solamente dedicado al fútbol, al menos en estos primeros seis meses.
¿Pensás que Peñarol puede volver a lograr un título internacional?
Sí, por supuesto. Para ello hay que hacer las cosas bien desde el primero al último, desde los dirigentes hasta el último jugador. Entre todos se puede lograr y creo que eso no está tan lejos.
¿Qué significa disputar un clásico?
Es lo más lindo. Cuando firmé contrato y supe que jugaría nuevamente en Peñarol, enseguida pensé que iba a volver a jugar un clásico. Es el partido que todo jugador sueña jugar desde que es niño. Es una sensación inexplicable. Solamente el que ha estado adentro sabe de lo que estoy hablando.
¿Cuál fue tu mejor y peor momento como futbolista?
Los mejores momentos pasan por la obtención de algo. De poco sirve haber tenido momentos muy buenos y no haber logrado nada. Seguramente mis mejores momentos fueron cuando pude levantar alguna Copa, tanto en Peñarol como en los demás equipos en los que estuve. Los mejores momentos los viví acá.El peor momento creo que fue la eliminación del Mundial ante Australia.
Eso fue muy duro para todos. Me acuerdo que la tristeza que tenía no me cabía en el cuerpo. Me sentía muy mal, como si hubiera perdido un ser querido. Gracias a Dios el fútbol da revancha y te permite al poco tiempo ir olvidando de a poco.
¿A qué equipo a nivel mundial considerás el más poderoso en la actualidad?
Hay instituciones que año a año apuestan a estar en lo más alto. En Sudamérica: Boca Juniors y San Pablo, por ejemplo. En Europa: el Manchester United, el Chelsea y el Real Madrid, por nombrar algunos. No sé si existe el mejor equipo del mundo, pero esos equipos en lo institucional apuestan a todo.
¿El mejor jugador?
Eso es difícil. El fútbol se basa en lo colectivo. Por eso es difícil para mí elegir al mejor jugador. Más cuando futbolistas como Zidane, Maradona o Ronaldo no están más.
Hay varios jugadores desequilibrantes. Algunos los tenemos acá, como Olivera, Bueno, Estoyanoff, Franco o Pacheco.
¿La mejor Liga?
Para mí no hay nada más lindo que salir campeón uruguayo. A nivel europeo, la española y la italiana, por ejemplo.
¿Qué gol y que encuentro recordás en forma especial?
Las finales con Nacional en 1999 y el gol que hice en la tercera final que ganamos 2 a 1 y fuimos campeones. Fueron partidos increíbles, tres finales en una semana con estadios repletos. Además, Peñarol jugó en desventaja en todos los partidos. En la primera final nos expulsaron a un jugador, en la segunda a tres y en la última a dos. Así y todo fuimos campeones. Esas finales son las que más recuerdo, y el gol que hice en el último partido el que más disfruté.
¿La selección uruguaya?
Creo que es una etapa que ya fue para mí. Un poco por la edad y un poco por otras cosas. Fui muy feliz cuando estuve. Disputé cada partido como lo hago con Peñarol, pensando que es el último y tratando de dejar todo. Creo que vienen jugadores de otra generación que están pisando fuerte. Por eso hoy por hoy no pienso en la selección.
¿Tenés pensado qué hacer luego que te retires de tu carrera como futbolista?
Pienso hacer el curso de entrenador de fútbol. Quisiera ser director técnico y también ayudar de alguna forma a la juventud. En esta profesión no son todos los que llegan. Me gustaría tratar de hacer algo por esos jóvenes. Además, en lo posible perfeccionarme en el idioma alemán para hablarlo cien por ciento bien y si se puede también el inglés.
¿Aceptarías jugar en el tradicional rival?
No, porque respeto mucho a Peñarol y además soy hincha. Por eso no lo haría y hasta sería una falta de respeto para Nacional. No jugaría nunca.
El futbolista ¿nace o se hace?
El jugador nace, luego se va puliendo. El jugador nace y eso es innato.
Vos le tirás una pelota a un niño de pocos años y seguramente quien vaya a ser jugador de fútbol la pare de determinada manera, mientras que quien no, tal vez la agarre con la mano.
¿Practicás otros deportes?
No. Antes me gustaba realizar otros deportes, pero hoy no.
¿Qué es para vos el fútbol? ¿Pasión, profesión, trabajo o juego?
Creo que es un poco de todas combinadas, pero la principal es la pasión, las ganas y el amor con el que uno encara la profesión. El día que el jugador deja de disfrutar entrenando y de estar con los compañeros, tiene que dejarlo. Por eso la más importante es la pasión.
¿Cuál es tu opinión sobre la Psicología en el deporte?
Es buena, creo que es positiva. Por más que tal vez a muchos de mi generación les resulte un poco "raro" el tema, creo que es buena y si puede ayudar a muchos chicos, bienvenida sea.
¿Qué metas te quedan por cumplir tanto en lo personal como en lo deportivo?
A nivel profesional sueño con salir Campeón Uruguayo este año, así clasificar a la Libertadores y a la Sudamericana y tratar de buscar un título internacional con Peñarol.
En lo personal seguir agrandando mi familia, tener algún otro hijo.
¿Cómo está constituida tu familia?
Por mi señora que se llama Mónica y tengo una hija que se llama Fátima que tiene cuatro años. Espero en un futuro no muy lejano darle algún hermanito.
¿Creés en el destino y en la suerte?
En las dos cosas. Tenés opciones, pero creo que el destino está un poco marcado. A ese destino hay que ayudarlo y también hay que tener suerte.
¿Crees en Dios?
Sí, soy muy creyente. Lamentablemente me acuerdo poco, más que nada cuando lo necesito, pero sí soy creyente.
¿Qué música escuchás?
De todo un poco. La cumbia, el reggae, el rock, las baladas, el pop. Depende de donde esté. En Los Aromos se escucha cumbia y salsa. En mi casa más tranquilo escucho alguna balada o algo de reggae, depende el ambiente y con quien esté.
¿Un país?
Uruguay, sin dudas.
¿Una ciudad?
Montevideo. Me gusta porque tenés todo aquí. Si es verano hay playas, lugares donde ir a comer y divertirse. Tenés todo.
¿Un barrio?
El barrio en que nací y en el que me crié. La Curva de Maroñas. Guardo muchos y muy buenos recuerdos. Sobre todo porque compartí mi infancia con amigos entrañables y que los tengo presentes. Algunos siguen en el mismo barrio como Miguel o Pablo. Algunos se han ido como José Luis a Estados Unidos y Carlos a España.
Cada vez que paso por esas calles del barrio me acuerdo de ellos y parece que los veo corriendo. Gronardo y Osvaldo Cruz, en esa esquina tengo los recuerdos más lindos de mi infancia.
¿Tenés algún hobby?
Me gusta mucho ir al cine o mirar televisión, pero lo normal. No es algo que lo tenga que hacer siempre, pero sí me gustan esas cosas.
¿Utilizás cábalas?
Digamos que sí. Por costumbre hacés una rutina de las cosas. He perdido partidos haciendo alguna de esas cosas, pero luego las sigo haciendo. Creo que más por costumbre que por cábala.
Si estás en tu casa y tenés que elegir entre mirar una película, un noticiero o un partido de fútbol, ¿qué preferís?
Antes hubiera elegido el partido de fútbol, si podía miraba 25 horas de fútbol al día, pero hoy disfrutaría más mirar una película con mi nena.
Si salís y tenés que optar entre ir al cine o un partido de fútbol, ¿qué elegís?
Voy al cine con mi mujer.
¿Te gusta leer?
Sí, me gusta mucho. Cuando el tiempo me lo permite leo bastante. En un tiempo leí todos los libros de Paulo Coelho, luego me interesé por otros autores. Me gustan mucho los libros que te dejan algo, los que te dejan pensando.
¿A qué signo del horóscopo pertenecés?
Nací un 17 de setiembre, por lo cual soy de Virgo.
¿Tenés alguna figura que admires a nivel mundial?
Siempre me impactó lo que hacía la Madre Teresa de Calcuta, sobre todo con las personas de las que nadie se acuerda.
En cuanto a admirar, admiro mucho a mi padre. Es la persona a la cual más idolatré en la vida.
¿Tenés mascotas?
Sí, tengo dos perros Schnauzer en miniatura.
¿A que colegio concurriste?
A la escuela 97 de la Curva de Maroñas. También tengo lindos recuerdos ahí.
¿Qué recuerdos tenés de tu infancia?
Al igual que todos los niños de aquel momento, nos criamos en otra época en donde la calle no era tan peligrosa como hoy. Podías jugar partidos de cuadra contra cuadra o barrio contra barrio. Mucho fútbol, mucho campo y potrero como se decía. Más allá de las cosas que uno no tenía, tuve una infancia feliz.
¿A qué le tenés miedo?
Más que nada a la muerte, pero no a la de uno sino a la de un ser querido. Hace poco, en octubre pasado, sufrí la pérdida de mi padre y es una persona a la que extraño siempre. Por más que le tenga presente, siempre me cuesta mucho superar su ausencia.
¿Cómo te definirías como persona y como jugador?
De eso prefiero que hablen mis compañeros. Como jugador traté siempre de estar ubicado, de ser humilde y sacrificado. No nací con talento y por eso tuve que hacer las cosas más con esfuerzo. Traté de ser generoso con los compañeros. Como persona que lo digan los demás.
¿Qué es lo que más respetás de una persona?
Respeto todo. Tanto en las personas jóvenes como en las mayores. Me gusta que me respeten y por eso trato de respetar todo.
¿Escuchás comentarios en la radio o en la televisión luego de los partidos?
Ya no. En esos casos miro la televisión sin volumen.
¿Utilizás mucho la computadora?
Cuando estaba en Alemania estaba mucho más pendiente de ella porque uno en el extranjero no sabe cómo ocupar el tiempo. Ahora casi no la uso salvo en algún jueguito que quiera mi hija o alguna noticia que leo en Internet.
¿Tus compañeros de cuarto en Los Aromos?
Cuando llegué estaba con Ramiro Bruschi, luego estuvo Gerardo Alcoba, pero ahora estoy con Mario Alvarez y Julio Mozzo.
¿Qué significa Peñarol en tu vida?
Todo. Fue el club que me permitió soñar con grandes cosas. Cuando vine a Peñarol lo único que quería era estar en Peñarol. Luego soñé con ser campeón, con ir a la selección y viajar. Peñarol es como una gran familia y el que es hincha sabe lo que le estoy diciendo. Peñarol es familia.